
Las celebraciones de fin de año pueden generar ruido, visitas y cambios de rutina que afectan especialmente a los perros mayores. Con medidas simples de prevención, es posible reducir el estrés y garantizar que disfruten las fiestas con tranquilidad y bienestar.
Durante las fiestas, los perros mayores son más vulnerables a la sobreestimulación y al agotamiento. El ruido de la música y los fuegos artificiales, las visitas constantes y los cambios en la rutina diaria pueden provocar ansiedad, desorientación y problemas de salud.
Especialistas en comportamiento animal recomiendan habilitar un espacio seguro dentro del hogar, con su cama, agua fresca y juguetes tranquilos, donde puedan refugiarse si se sienten incómodos. Mantener horarios regulares de alimentación, medicación y paseos es clave para preservar su estabilidad.
Asimismo, se aconseja controlar el ruido ambiental con cortinas, música suave blanco, y evitar que los invitados los sobrecarguen con juegos o caricias excesivas. Los niños deben estar siempre supervisados para prevenir accidentes.
En cuanto a la alimentación, es importante evitar que consuman alimentos típicos de las fiestas como chocolate, uvas, cebolla o huesos cocidos, que pueden resultar tóxicos. Los premios deben ser seguros y acordes a su edad.
Si el perro presenta signos de ansiedad severa – jadeo constante, temblores, vómitos o colapso- se recomienda acudir al veterinario, quien puede indicar tratamientos adecuados para perros mayores.
Cuidar a un perro mayor en fiestas implica respeto por sus límites y previsión en cada detalle. Con rutinas estables, espacios seguros y una atención responsable, las celebraciones pueden convertirse en momentos de calma y compañía, asegurando que nuestros compañeros de vida disfruten con dignidad y bienestar.
