
Mercados de Carabayllo, Villa El Salvador y Callao venden alimentos sin registro de procedencia
La Contraloría General de la República detectó niveles críticos de plaguicidas, incluyendo sustancias prohibidas y altamente tóxicas, en alimentos comercializados en mercados estratégicos de Lima y Callao. Según el Informe de Visita de Control n.° 011-2025-OCI/4540-SVC, productos de consumo diario como el melocotón, la fresa y la espinaca superaron los límites máximos permitidos, hallándose incluso químicos como el Chlorpyrifos, cuyo uso es ilegal en el Perú.
La auditoría reveló además una grave falta de trazabilidad en los centros de abasto y deficiencias en el padrón de productores del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA), lo que impide identificar el origen de la contaminación y pone en riesgo la salud neurológica y cardiovascular de los consumidores, así como el equilibrio del medio ambiente.
Alimentos contaminados y riesgos a la salud
El monitoreo realizado en noviembre de 2025 arrojó que siete de cada doce muestras tomadas en los mercados Satélite (Ventanilla), Las Tres Regiones (Carabayllo) y Playa Villa Sur (Villa El Salvador) no son aptas para el consumo humano.
Entre los productos señalados figuran la palta, el pimiento, el maracuyá y el ají amarillo. El hallazgo más alarmante fue la presencia de Methomyl en fresas y Chlorpyrifos en melocotones; este último es un pesticida prohibido por su alta toxicidad. Estas sustancias no solo afectan el sistema endocrino de las personas, sino que resultan letales para aves y peces, amenazando la integridad de toda la cadena alimenticia regional.
Vacíos en la trazabilidad y fiscalización del SENASA
La comisión de control constató que los puestos de venta inspeccionados no contaban con registros de procedencia, imposibilitando que el SENASA inicie acciones preventivas o correctivas contra los predios de origen. Esta situación se agrava en las zonas de cultivo de Carabayllo y Santa Rosa de Quives, donde se recolectaron muestras de tomate y apio con exceso de químicos provenientes de productores no registrados en el padrón oficial.
La falta de formalización de estos establecimientos de producción primaria genera un «punto ciego» en la vigilancia sanitaria, permitiendo que alimentos con hasta cinco pesticidas diferentes lleguen a las mesas de la capital sin ninguna restricción.
Irregularidades en la toma de muestras y monitoreo
El informe de Contraloría también advirtió negligencias operativas por parte de la Dirección Ejecutiva de Lima y Callao del SENASA. Se determinó que el personal no verificó previamente las condiciones de abastecimiento en mercados como el de Ventanilla, lo que derivó en la falta de insumos suficientes para los análisis. Para subsanar estas omisiones, se recolectaron muestras en distritos ajenos a la jurisdicción original, vulnerando los procedimientos técnicos vigentes.
Estas fallas administrativas comprometen el Plan Anual de Monitoreo 2025 y limitan la capacidad del Estado para asegurar la inocuidad agroalimentaria, por lo que los resultados ya han sido notificados a la jefatura nacional para las sanciones y correcciones urgentes.
