
¡Aunque usted no lo crea!, luego de que no progresara en el Congreso de la República el intento de ampliar el mandato del Consejo Directivo de la Sunedu durante el debate de la Ley de Presupuesto 2026, ahora se han puesto en práctica nuevas artimañas administrativas para asegurar la permanencia de los actuales integrantes a la cabeza de este ente regulador universitario.
Estas acciones tendrían todo el respaldo del ministro de Educación, Jorge Figueroa, quien habría urdido una estrategia para mantener el control institucional de la Sunedu, a pesar de los límites legales vigentes sobre los periodos que deben cumplir sus autoridades.
De esta manera, se habría impulsado la salida de Andrés Filiberto Ramos Salas como representante del Ministerio de Educación ante la Sunedu, mediante una supuesta renuncia verbal comunicada el 10 de diciembre de 2025, lo cual carecería de sustento formal con el fin de dejar libre el camino a una designación acorde a la actual cúpula del organismo.
La vacante fue ocupada por Vicente Paul Espinoza Santillán, designación formalizada mediante resolución ministerial y respaldada por el Consejo Directivo de la Sunedu.
Espinoza mantiene una relación directa de confianza con Manuel Enemecio Castillo Venegas, presidente del Consejo Directivo y superintendente de la entidad, lo que ha originado cuestionamientos sobre la independencia del proceso.
Este funcionario ya se desempeñaba como director de la Dirección de Evaluación del Servicio Educativo Superior Universitario (DIRESESU), un órgano clave en los procesos de licenciamiento y supervisión universitaria, cargo al que habría accedido por recomendación de la Universidad de San Martín de Porres.
Este nombramiento es completamente ilegal y polémico por la velocidad del trámite, ya que el 10 de diciembre 2025 a las 10:38 horas, el superintendente de la Sunedu aceptó la renuncia verbal de Andrés Ramos, pese a no tener competencia para hacerlo. Luego seis minutos después, la supuesta renuncia fue remitida al Ministerio de Educación, en una actuación demasiado acelerada.
Inmediatamente, al día siguiente, el 11 de diciembre, el ministro Jorge Figueroa firmó la resolución que designa a Vicente Paul Espinoza como nuevo representante del Minedu ante la Sunedu. Sin embargo, esta designación debió limitarse únicamente a completar el periodo vigente, conforme a la Ley N.° 31520, y no iniciar un nuevo mandato de tres años, completamente irregular por donde se lo mire.
Pero eso no fue todo, al día siguiente de su designación, el Consejo Directivo incorporó a Espinoza y actualizó el portal institucional, lo cual buscaría facilitar el camino para su posterior elección como superintendente, apuntalando así el control político del organismo regulador.
Y siguen las irregularidades… al conocerse que Manuel Israel Hernández García, integrante del Consejo Directivo de la Sunedu, es candidato con el número 1 por el partido Somos Perú, agrupación vinculada al gobierno. Igualmente, se denunció que durante una sesión del Consejo se habría alterado irregularmente la agenda para favorecer la elección de Vicente Espinoza como superintendente poniendo en entredicho la transparencia y legitimidad de la Sunedu como garante de la calidad universitaria.
