
Cada 20 de noviembre el mundo conmemora la Convención sobre los Derechos del Niño, reafirmando el compromiso de proteger y promover el bienestar de millones de niños y niñas.
Por Sofía Saturno
El Día Universal del Niño se celebra cada 20 de noviembre, fecha que recuerda dos hitos fundamentales: la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989, el tratado internacional más ratificado en la historia.
Esta jornada busca sensibilizar a gobiernos, instituciones y sociedad civil sobre la importancia de garantizar que los niños sean reconocidos como sujetos de derechos, con acceso pleno a educación, salud, protección y participación.
La Convención establece principios esenciales como el derecho a la vida, a la identidad, a la educación, a la protección contra la violencia y la explotación, y a la participación en decisiones que afectan su futuro.
En el mundo, los avances han sido significativos: millones de niños hoy acceden a educación primaria, servicios de salud y programas de protección social. Sin embargo, persisten brechas profundas que afectan a los más vulnerables.
Según UNICEF, más de 1 de cada 5 niños vive en situación de pobreza, y millones enfrentan violencia doméstica, explotación laboral o falta de acceso a servicios básicos, especialmente en zonas rurales y comunidades marginadas.
En el Perú, los programas sociales han permitido mejorar indicadores de vacunación y cobertura escolar, pero aún existen desafíos como la desnutrición crónica infantil, el trabajo infantil en sectores agrícolas y urbanos, y la violencia contra menores.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, junto con organismos internacionales, impulsa campañas de sensibilización y proyectos comunitarios que buscan cerrar estas brechas y garantizar entornos seguros para la infancia.
La conmemoración también es un espacio para dar voz a los propios niños y niñas, promoviendo su participación en foros, talleres y actividades culturales donde expresan sus preocupaciones y propuestas.
En diversas regiones del país, se organizan actividades educativas y recreativas que buscan visibilizar la importancia de la infancia en la construcción de sociedades más justas e inclusivas.
El lema de este año, “Mi día, mis derechos”, refuerza la idea de que cada niño merece crecer en un entorno seguro y digno, con oportunidades de desarrollo y participación en su comunidad.
La efeméride también recuerda que invertir en la infancia es apostar por el futuro: garantizar educación de calidad, acceso a salud y protección contra la violencia son pilares para el desarrollo sostenible.
El Día Universal del Niño no es solo una celebración simbólica, sino un compromiso colectivo para asegurar que cada niño y niña viva con dignidad, respeto y oportunidades, construyendo así un futuro más equitativo y humano.
