Hacia el fin de la hegemonía norteamericana-Artículo de opinión –


Por Ángel Delgado, abogado constitucionalista

En Gyeongju, Corea del Sur, se llevó a cabo la reunión anual de APEC, entre el 31 de octubre y 1º de noviembre del 2025. A pesar de su importancia, el Foro de Cooperación Económica Asía-Pacífico, que reúne a las 21 economías más dinámicas del área, no fue el suceso del año. La resonancia mundial le correspondió a otro. Al realizado el día anterior en Busan, puerto del país anfitrión. En efecto, el jueves 30 se encontraron los líderes de las potencias más grandes del planeta. Después de seis años. Bastó solo hora y media para que Donald TRUMP y XI-Jinping acordaron un armisticio a la “guerra comercial” entre USA y China. La misma, que, en los últimos meses, ha puesto en vilo a la economía internacional.

            Cierto que la tregua ha aliviado las relaciones inter-estales. Lo que no oculta que las tensiones solamente se han postergado. Y que volverán con ímpetu atronador. Porque estamos viviendo una época de trasiego, de mutación, de ruptura, del mundo unipolar que surgió tras disolverse la Unión Soviética. Y que tortuosamente vamos hacia otro multipolar, que cambiará la escena internacional de modo radical. Es que, por lo general, las grandes transformaciones no se dan con sosiego, amabilidad ni pacíficamente. EE.UU. ya no será el hegemón indiscutible. En tanto surgen aspirantes para dicho rol: China, Rusia, India. Pero este giro de la historia será esencialmente de dramático.

            Para muchos analistas, la cumbre de Busan-2025 se recordará como el momento de quiebre de la hegemonía norteamericana. Y del ascenso inexorable de China al olimpo internacional. Es decir, lo que se preveía para la próxima década, se habría materializado ya. USA seguirá siendo una potencia global. Pero ya no impondrá su voluntad, como en los años de la post-Guerra Fría. Esa capacidad ha quedado obliterada. Por el ostensible declive de USA y la Unión Europea y el avance económico de los países de Eurasia. Ello se ha traducido en una nueva correlación geopolítica, que ha puesto en jaque al unilateralismo de Occidente.

            Hay dos evidencias de este enroque. La primera simbólica: el abandono de TRUMP de la reunión de APEC. En realidad, no participó. Deja a XI como la gran figura del Foro. El Presidente chino aprovechó la oportunidad para consolidar su postura, defender su visión del libre comercio y criticar el neoproteccionismo de EE.UU. La segunda real, muy real: ni las amenazas ni la fuerza USA ya no son eficaces. La política arancelaria de su Presidente no doblegará a China. Y, por ello, tiene que diferirla indefinidamente. Más bien, la posesión china del 80% de tierras raras, que proveen metales para la tecnología sofisticada, le permite a XI ejercer una presión que USA jamás había sospechado. ¡Un nuevo orden internacional ha nacido!

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