
Investigadores peruanos de la Universidad Científica del Sur han revelado la importancia de los briozoos, macroinvertebrados que habitan en el fondo marino. Un estudio reciente se enfoca en el rol de estos organismos como bioconstructores de hábitats en el fiordo Mackellar, ubicado en la isla Rey Jorge en la Antártida.
La importancia de los briozoos antárticos
El estudio, publicado en el Ukrainian Antarctic Journal, identificó 36 tipos de briozoos, lo que representa el 84 % de la diversidad estimada para esa zona. Estos organismos coloniales, que se alimentan de partículas en suspensión, son clave en los ambientes bentónicos de la Antártida.
Una de sus características más relevantes es la formación de un exoesqueleto de carbonato de calcio. Esta estructura les permite almacenar carbono y, una vez muertos, facilita el secuestro de carbono en los sedimentos antárticos. Este proceso es fundamental para el ciclo del carbono azul, considerado un mecanismo de retroalimentación negativa frente al cambio climático en la Antártida.
El biólogo marino Bernabé Moreno, coautor del estudio, explicó que al alimentarse de partículas en suspensión, los briozoos transfieren carbono de la columna de agua al fondo marino, un proceso conocido como acoplamiento pelago-bentónico.
Bioconstructores marinos
El estudio reveló que la presencia de gravas y arenas gruesas en el fondo marino favorece el desarrollo de los briozoos. Una de las revelaciones más interesantes fue el papel de especies como la Nematoflustra flagellata, que actúa como proveedor de hábitats secundarios. Una sola colonia de esta especie puede servir como sustrato para que otros briozoos se asienten, aumentando la abundancia y diversidad local.
Según Moreno, este fenómeno es comparable a los servicios ecosistémicos de los arrecifes de coral, donde la existencia de una especie clave puede proteger la diversidad asociada. La investigación, realizada por los biólogos marinos Mariana Pita, Aldo Gonzalo Indacochea y Bernabé Moreno, constituye una base crucial para futuras investigaciones.
Arrecife artificial en Piura: santuario de biodiversidad marina
En otra investigación, publicada en la revista Neotropical Ichthyology, se estudió el valor ecológico de la plataforma petrolera desmantelada MX-1, ubicada frente a las costas de Los Órganos, en Piura. Los científicos registraron la diversidad de peces (ictiofauna) que habitaban en la estructura.

A través de buceo científico, se contabilizaron cerca de 8,000 peces pertenecientes a 27 especies diferentes. Este hallazgo confirmó que la plataforma funcionaba como un dispositivo de agregación de peces. Ocho de las especies identificadas son de interés comercial, como la cabrilla, el jurel y el fortuno.
Tras la remoción de la plataforma, se recomienda que futuras investigaciones analicen las consecuencias en la biodiversidad de la zona. Moreno enfatizó la necesidad de un marco normativo para la reutilización de arrecifes artificiales, subrayando que la estrategia «Rig-to-Reefs» es exitosa en otros países, generando beneficios económicos a través del ecoturismo y la pesca.