Las dulces costumbres en torno a una planta venenosa –


Por Valeria Cavero-Nota Especial Navidad

En películas navideñas, el muérdago colgado en la puerta de una casa suele ser el centro de escenas románticas. De acuerdo a la creencia popular, una pareja que se ponga de pie bajo el adorno hecho a partir de esta planta debe darse un beso, para asegurar el amor duradero. Aunque esta es la representación más frecuente que tenemos en el entretenimiento, la tradición del muérdago es más extensa, y cuenta con un interesante trasfondo histórico, que se fue forjando hasta convertirse en el símbolo de amor que conocemos hoy.

Una tradición que trasciende culturas

El muérdago se convirtió en el eje de varias expresiones culturales, propias de diferentes grupos étnicos. Según National Geographic, en la Antigua Grecia y Roma, el muérdago se asociaba con “paz, amor y reconciliación”. Por otro lado, para los celtas representaba la inmortalidad. Los druidas, sacerdotes de alto rango en esta cultura, usaban la planta para ahuyentar malos espíritus durante el solsticio de invierno. Además, la empleaban en rituales de protección y prosperidad. Según la revista Architectural Digest, encontrarlo en un roble se consideraba un “regalo divino”.

En la cultura nórdica, el muérdago se asocia a la leyenda de Balder, hijo de los dioses supremos Odín y Frigg. Se considera uno de los dioses más bellos y amados en la mitología, encarnación de “la luz, la belleza y la inocencia”, según el portal Battle Merchant. La deidad muere a causa de una flecha envenenada con muérdago, artimaña planificada por Loki, el dios embaucador.

Es la cultura anglosajona la que relaciona al muérdago con el amor romántico. Eventualmente, llegó a vincularse con la época navideña gracias a su uso en la confección de coronas de Navidad, que suelen colocarse en las puertas, al igual que el clásico adorno de ramas y bayas de esta planta.

Un regalo de la naturaleza

El muérdago (viscum album) es una planta semiparásita de la familia de las santaláceas. Según el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) de México, se registran 10 géneros y 150 especies. Como su categorización indica, el muérdago sobrevive a costa de otros organismos vegetales, especialmente árboles, penetrando en su corteza y extrayendo agua y nutrientes. Expertos recomiendan tomar acción ante su presencia, ya que puede esparcirse, matando al árbol huésped y sus congéneres.

Ahora bien, el muérdago puede utilizarse con fines beneficiosos. El Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, lo describe como “un tesoro botánico con usos fascinantes en la medicina tradicional y la fitoterapia”. La entidad afirma que este tipo de santaláceas tiene “propiedades químicas y farmacológicas” que varían según el árbol infestado. Los muérdagos que crecen en robles, por ejemplo, concentran compuestos anticancerígenos. Asimismo, aquellos que infectan manzanos pueden contrarrestar problemas cardiovasculares.

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